Pandemia

Ante una pandemia y la pérdida, te das cuenta de que aún queda mucha ganancia
Cierto es que a veces el poder de pensamiento se bloquea, especialmente cuando la sangre duele. Los ojos parecen un dique de represa desbordados y no paran de llorar, de derramar sal amarga y doliente hasta el delirio.
Y quieres sacar el sentimiento que se clava en el corazón, el cual te parece una daga clavada que no te deja ni respirar… y no se puede. ¡Carajo, como pesa la pena!
Y te preguntas, tú, que aprendiste a hacer catarsis con la escritura ¡¿Cómo formar palabras con tanto dolor?!
La certeza de una paz luminosa para quien es motivo de tu llanto y dolor, le va dando cucharaditas de paz a tu alma atribulada. Poco a poco la paz va llegando y el dique derramándose empieza a poder ser controlado, hasta que se logra detener.
Ahora se acumulan los hermosos recuerdos que tienes de tu sangre derramada y una media sonrisa se forma en tu rosto - ¡Eso es lo que debo hacer! - Te dices para sobrevivir con el dolor sentido
Y te das cuenta de que el dolor de la pérdida empieza su proceso de aceptación. Para cada quien toma tiempos distintos. Pero tú decides que sea el amor lo que te levante, el amor a quien se fue y el amor a quienes te quedan todavía. Y sabes que éste dura un tiempo, pero le llega su hora.
Regresamos a la cotidianidad y a estar presentes, ya no solo como bulto, sino con toda la conciencia de la vida que tenemos y este tiempo presente.
Las palabras hechas nudo en tu cabeza, inician a formarse y a darte un pensamiento menos errático.
Se aprende a vivir las ausencias de tus seres amados. Se aprende a vivirlas, lo he dicho, porque de olvidar… nunca se olvidan.
Una copa de tinto puede ayudarte a soportar y vivenciar el dolor y pérdida sin mayor consecuencia…. ¿por qué no? ¡se vale!
Y te dedicas un buen rato para buscar en la memoria los recuerdos gratos, y te das cuenta de que son muchos y tu corazón comienza a crear una especie de aglutinante que te ayuda a ir juntando las tecatas en las que se encuentra partido.
Mientras tengas vida, lo sabes, puedes gozar de tus amores vivos y de tus recuerdos hermosos.
Y dices a tu ser amado:
- Buen viaje y feliz regreso al hogar. Ya nos reuniremos de nuevo el día que a mí me llegue el final de este boleto de viaje que es la vida.
Y sonríes al regresar a tu cotidianidad y te das cuenta de que aún tienes muchos seres amados hasta el delirio por los que sigues adelante y con los pies en la tierra, y te sabes Bendecida por ello.
Y ahora pides por tus hijos, tu nieta, familia y amigos con los que compartes este viaje de subidas y bajadas que es la vida.
Gracias Gracias Gracias Dios Padre-Madre Todopoderoso, por tantos seres que me has dado para saber y experimentar lo que significa el amor.
Paty Rubio ©®

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