incógnita
ya no escucho el eco
en la caracola marina junto a la puerta
ya no siento el soplo del viento
ni lo veo en el viaje de las nubes
que están pintadas en el cielo
ya no vivo nada
ni la vida mía
nada
ni el calor del sol
nada
ni en latir de este corazón patido
nada
ya no percibo el respiro
ni el sube y baja de mi pecho
es muy posible que ya esté muerta
y posible es
que ni cuenta me haya dado
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