Entre el silencio cómplice y la soledad

Entre el silencio cómplice y la soledad
Eros narrativa. Epígrafe: “Hay momentos en que toda la ansiedad y el esfuerzo acumulados se sosiegan en la infinita indolencia y reposo de la naturaleza. Henry David Thoreau.”
Disfruto tanto de mi soledad, como del placer orgásmico que me permite tumbarme sin más ni más. O solo sentarme en el silencio, entre aromas resinosos, y almohadones de algodón.
En esa inmovilidad, casi se me olvida respirar. Veo emerger de entre mis dedos raíces que buscan de donde asirse. Reptan por los pisos y suben por los muros cansados.
Enroscan y trenzan su cuerpo entre mis rizos y más inmóvil yo permanezco. A veces me hacen cosquillas en el pico de mis senos. Y llega a mi olfato el aroma dulzón de maderas y resina que aguan mi boca, mientras yo sigo inmóvil disfrutando en silencio.

Con los ojos cerrados, hasta que reptan y suben entre mis piernas, acelerando mi respiración y latido, Las raíces buscan la fuente de un líquido vital.

Mi cuerpo irremediable, cimbra de placer cuando en su camino acarician con frenesí el centro pulsante de mi cuerpo. Qué, con espasmos deja brotar de la bendita cúpula el líquido que necesitan… y… me llevan tembelequeando, cual cuerpo de gelatina, a tocar el cielo y las estrellas.
Ya después de mis temblores, se retraen mientras yo susurro un agradecimiento. Abro los ojos aún temblorosa
¡Cuánto amo mi soledad!
Paty Rubio ©️®️

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