Nacimiento y como oruga en su capullo

 


Nacimiento

El día que nací, a más de casi caer a la tierra antes de que madre llegara al hospital, aquél médico y enfermeras que terminaron de recibirme, desconcertados escucharon mi primer llanto. Y ese desconcierto se debió a que no pudieron distinguir entre el llanto de un neo nacido sin tristeza, con un llanto plagado de melancolía.

Fue tan triste que a ellos mismos se les inundaron los ojos de lágrimas.

No podían saber que ese sería mi llanto de por vida.

Hoy creo que tal vez mi lloro fue premonitorio y que cuando madre me expulsó de su vientre, entre nosotras se rompió algo más que un ombligo y esa desazón con la que llegué al mundo, me ha durado lo que llevo de vida.


como oruga en su capullo

cerrada y en silencio

hundida en mis lamentos

en el lloro de mis huesos

inmóvil

puede ser que hasta muerta

como oruga

envuelta

espero eclosionar

y ver la luz que despierte mis colores

o me dé por muerta

y llegar al fin

de esta reputa agonía        

Paty Rubio ©®

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