No sé qué es más fuerte
No sé qué
es más fuerte, si las letras dentro de mi cabeza, cuando
son apenas un entresijo anudado en la entretela de mi entendimiento y garganta,
o las imágenes que se van formando cuando logro hilar y coser como un sartal letra
tras letra.
Pajarracos negros que tratan de espantar el
canto colorido de aves majestuosas que brillan entra tanta, tanta oscuridad.
Almas ilusionadas brincando de tejado en tejado
con la alegría de quien está enamorado y se siente correspondido, algunas otras
impulsadas a abandonar uno u otro tejado, de acuerdo a los sentimientos que se
cobijan bajo cada cielorraso.
El llanto salado que origina: causes turbulentos
de quien sabe mirar detrás de los ojos, el abuso, la mentira, robo, engaño,
carencia, ausencia de amor.
Y humos de distintos colores y fuentes. Algunos
son tan negros como la conciencia de un pederasta, otros de rojo y llameante
incendio por las pieles de pasión, verdes son, los de pequeños inocentes que
luchan por salir adelante sin los cuidados familiares. Los hay de colores
festivos que han nacido de carrujos de ensueño, o de pinchos opiáceos, o de esnifar
la nieve marchita.
A veces no me conozco, debido a tanta vida
conocida, tan diversa como diversos somos todos y cada uno de los humanos.
Mi refugio lo encuentro en mi hogar terrestre ¡El
corazón de mis hijos y nieta! Y eso será por lo pronto, y hasta que sea
conducida al verdadero hogar que a todos nos espera y está prometido desde el
mismo instante en que fuimos concebidos.
¡Mi corazón por una madeja de letras clara y
sin angustias!
Paty Rubio ©®
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