Diez voces descaradas
Diez voces descaradas
Si mi voz se hiciera escuchar,
mis dedos estarían ateridos con la inmovilidad.
A veces me lloran las
coyunturas, o mis dedos se estremecen de risa.
Otras veces
cuando son ellos quienes le
dan voz a la cachondez; desde la punta de cada uno
(aún funcionan los diez con
los que nací), me sube, poco a poco, hasta los hombros bajando por mi columna,
un calorcito sustancioso que termina derramándose... como abrir una compuerta.
Si mi voz se hiciera escuchar,
se desenredaría este méndigo nudo que me obstruye la garganta.
Solo pa'que sepan, hay un
truco que puede desenredar ese nudo, pero no lo llevo a cabo todos los día
porque me considerarían bebedora concupiscente. Y para eso basta con la voz de
cachondez.
Claro que no está peleada una
al lado de otra según atestiguan mis diez dedos de nacimiento.
Así que es la razón por la que
aquí estoy dando lata con la descordura de la voz que me dan las letras.
¡Benditas sean!
Paty Rubio ©️®️
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