Entiendo que a veces cuesta levantar la cabeza , poner los demonios a raya y sacar la cresta con valor. Puede que no sea del todo comprendida, pero a final de cuentas… ¡vale madres! Sola salí adelante. El peso de la mochila lo conoce quién la carga y reconozco que no todo en mi vida ha sido sombra o pesadilla, pero ¡carajo, vaya que pesa más el daño! Recordar que fui tratada como basura, a la edad en que más ilusión hace el amor, que quién creí amar, me sobajó con insultos, menospreció y me hizo sentir indeseable, fea, poco menos que la mierda. Que me obligó, con amenazas, a tirarme sobre la inmundicia, para cogerme cada vez que se le antojaba. Con él aprendí que el amor no era color de rosa, ni ese sueño que tenemos de adolescentes. No, el amor: vejaba, dolía, mordía las entrañas y lastimaba mi cuerpo... como cuando en sus asquerosas arremetidas, la basura se me incrustaba en diferentes partes del cuerpo. Y que cuando se vaciaba en mi, yo no sabía si me daba m...
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