Santa, ¿dónde estás qué no te veo?


Santa, ¿dónde estás qué no te veo?

Cada día que pasa, me acerca más a mi nacimiento, en esta gestación que llevo de setenta calendarios.
He sentido el beso hueco que me da la cercanía, vestido de viento y el aletear de pájaros y mariposas invisibles.
Además de este sentimiento anudado a las costillas, que con tanto agujero, ya parece tejido de macramé.
También a punto de cinceladas me perfora y rompe más y más el corazón, con la sensación de vacío doloroso en la boca del estómago.
Hace tiempo que en mi cuerpo y todo lo que me rodea, van surgiendo grietas a causa de las contracciones que ya me quieren parir pa’ dejar esto que los ilusos llaman vida, y ésta que sigue casi perpetua, en un estado de parturienta que no se decide.
Solo me da la ilusión de un nacimiento cada vez más cercano.
Juro que no lloraré, como lo hice a la hora de mi muerte.
Porque sentiré con alegría, la mano cariñosa de mi Santa, que me dará el respiro de una vida eterna. Que me llevará de la mano a mi hogar, hasta que yo decida, si es que lo hago, a regresar a esta muerte. A la que ya dije, solo los ilusos llaman vida.
Yo solo sé, con alegría, que cada día se acerca más mi nacimiento.
Paty Rubio ©️®️

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