Los zapatos y su amor

 


Los zapatos y su amor

 

“El amor platónico es un sentimiento de amor idealizadoen que se abstrae el elemento sexual, caracterizado por ser irrealizable o no correspondido.”

 

Helena se despertó entrada la mañana sintiendo que le quemaba el pecho.

Asustada se enderezó en la cama y tomó el teléfono que descansaba en la mesita de noche junto a la cama. Marcó el número de Esteban, quien por más de treinta años, siempre estaba para ella como fuera: paño de lágrimas, protector que estaba presto para ayudarla a solucionar lo que fuera, el escucha de sus cuitas amorosas y quien en los momentos donde ella se sentía con el corazón roto por un mal amor, le secaba las lágrimas mientras la abrazaba llorando por ella.

Esteban siempre estaba y Helena solo lo miraba como un amigo fiel, nunca se preguntó por qué jamás le conoció una pareja, llegó a pensar que era gay y se lo preguntó en varias oportunidades, pero siempre le escuchó negarlo.

Esa mañana cuando lo llamó no recibió respuesta, insistió más de tres veces sin recibir respuesta. Se dijo con pesar que tal vez se habría quedado con alguna mujer aunque él siempre negó tener amantes.

Decidió llamar a Marcela, una amiga en común a quien sabía que amaba sin remedio y sin correspondencia a Esteban.

Marcela respondió la llamada y cuando Helena preguntó por él, Marcela respondió:

      -  Esteban no está ni estará más. Su vecino me llamó para informarme que lo vio salir muy temprano. Que se sorprendió al verlo muy bien vestido pero con unos zapatos viejos que contrastaban con sus ropas y se le veía extraño. Que cuando lo saludó le preguntó

      -  ¿A dónde vas a esta hora vecino, si apenas empieza a clarear el día?

Esteban le respondió:

     -  Voy a despedirme del amor de mi vida.

Dijo el vecino que le extrañó, porque no sabía de ninguna mujer como amor de su vida, además que había tomado el camino hacia la playa. Que de lejos solo alcanzo a verlo hasta que se perdió detrás de las dunas. Me llamó por la extrañeza que le ocasionó.

Cuando llegué, media hora después, solo lo que hago de mi casa a la de Esteban, tomé el camino hacia la playa buscando verlo sentado frente al mar como en otras ocasiones.

Pero solo encontré su ropa doblada y sobre de ella, esos zapatos viejos de los que nunca quiso deshacerse. Cuantas veces le dije que ya los tirara, él respondía.

-        No, estos zapatos los llevaba puestos cuando conocí a Helena y son los que me conducen a ella, el amor de mi vida.

Helena, las huellas de sus pies se encaminaban y perdían al llegar a la playa. Eso me hizo saber que Esteban no volvería jamás. Que se metió al mar para no regresar.

Ese amor platónico que siempre te tuvo no podía morir mientras él tuviera vida, abandonar los zapatos en la arena, era la única manera de decirte adiós. Y como le era imposible dejar de amarte o de despedirse de ti, prefirió perderse en el mar.

Paty Rubio ©️®️

 

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

he aprendido a levitar

pasados los sesenta

en el vacío del sillón te pienso