Dejando el aliento y la piel

y sí      que a veces pesa que pesa haberlas domesticado que el látigo a mi también me laceró el alma como herida abierta en carne propia como respirar cuchillos en el viento como agujas penetrándome el vientre y sí       que a veces pesa querer soltarme pa'decir te amo aceptando todas las consecuencias de un reloj desfasado de una marejada de sentimiento que me despunte al alba y pinte mis cielos ausentes con la presencia estoica de mil colores que sí     que a veces pesa a punta de látigo haberlas domesticado y a partir de entonces sentir su aleteo temeroso por soltarse y tomar el valor de arrancar el viaje de volar     volar    volar entre mis costillas sin miedos crucificados y hablar con alas llenitas de humo de valor con espada desenvainada    a mano alzada que este amor no reconocido me quema el cuerpo el alma y sus infinitos plagados de estre...

  crecí escuchando un dicho popular que rezaba con estribillo “el dolor se levanta en ámpulas” sin duda que eso es cierto yo nací doliéndome por mi premura de llegar a la tierra y casi que se me cumple el antojo pero nací dolida cuando mi madre dijo un día “a los hijos se les quiere porque cuando nacen el dolor del cuerpo es muy grande” ¡y yo que no le dolí! que casi caigo sin que ella se diera cuenta   las ámpulas las voy sufriendo desde dentro hacia afuera tanto que mi piel hoy las levanta llenas de viento de nada y de todo y parecen pequeños globos desinflados mismas que yo voy arrancando a tijera o con los dientes y me resultan en dolor físico cuando debían ser solo de alma   hoy yo no sé si se forman con tanto sentimiento sentido destemplanza acogotamiento corazón roto de amores incompletos o desperdiciados de promesas no cumplidas y traiciones   a veces creo que se deben a que de apoco de a poco me he ido muri...

  espesa es la lágrima del nopal espesa como la sangre que se lamenta de la tierra que empatiza con mi llanto y el dolor eterno   su cuerpo está lleno de espinas enraizadas pa'pinchar a quien lo toque sin amor sin paciencia y sin cuidado   ¿dónde queda el cielo? ¿dónde la raíz del pueblo? ¿dónde el balido de la oveja negra?   ni yo sacerdotisa del huitlacoche lo sé y derramo lágrimas tan espesas y me duele la tierra de pies a cabeza y me duelen los ojos cuando lagrimean   son mis lloros que brotan a centellas lloros a rayos y tormentas que comen y recocen mi piel en su camino ya que nací pa'vivir en salmuera y pa'morir sin sentido por no haber nacido completa   que mi cuerpo no nació del todo sí completa físicamente pero con el alma partida y el suspiro acogotado pa’eso lloro cual nopal con huitlacoche en las venas con alas en los pies y un cielo de tormenta en las pupilas Paty Rubio ©️®️