Cuando te toca, aunque te hagas de lado Hace muchos años, por favor no pregunten cuántos, por aquello de la vanidad femenina, pues quedaría al descubierto mi edad. De niña tuve contacto con un vaso de cristal, que se negó a morir cuando debía de hacerlo según las circunstancias. Resulta que uno de aquellos años y en un determinado día, hubo una pequeña reunión familiar en casa. Se convivía en familia y los niños nos dedicábamos a jugar como estaba establecido en pequeños de nuestra edad, mientras los adultos conversaban antes de los alimentos, y en ese inter tomaban alguna de las bebidas existentes. Debo recordarles que mi familia habitaba un departamento grande en la planta alta. Misma que constaba de una enorme sala, un gran baño con tina y como era menester en aquellos años, dos grandes recamaras con closet de puerta. Las recamaras eran tan espaciosas, que bien cabían tres camas matrimoniales y una cuna infantil. Un gran comedor y cocina, así como una zotehuela...